sábado, 15 de mayo de 2010


Quisiera ser el relojero del tiempo para poder mover la hora a mi antojo.
La adelantaría para verte y la detendría cuando esté contigo.
En los momentos irascibles,
de los que rehuimos participar,
la retrocedería sin remisión,
para reiniciar nuestro formato idílico,
y que lo aciago sólo sea una quimera.
Y si mi deseo fuera hacerse realidad,
y yo fuera el relojero del tiempo y artífice de la hora,
una vez contigo,
rompería los relojes y tiraría las horas,
para que tu y yo estemos por siempre en el infinito,
en el mismísimo etéreo,
donde no pasan las horas porque no existen.
Autor: Claudio Carlo

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