sábado, 15 de mayo de 2010
Melodías para toda una vida (microrrelato)
Él era su amante, su amor y su vida entera. Era un hombre joven, pertinaz y aguerrido. Y en días deslumbrantes, de sol esotérico y de nubes ausentes y cielo claro, él le cantaba canciones de amor para toda una vida, mientras sus habilidosas manos, con sublime don musical, lograban forjar del violín la mejor melodía bucólica que estuviera acorde con la belleza de su amante. Ella lo amaba, lo ama y lo amará eternamente, aunque hoy su cuerpo esté ausente, aunque hoy en su silla nadie se siente, aunque hoy sea ella quien toca el violín, cantando canciones para toda una vida, porque el destino secuestró a su amor para siempre, y está ahí, en el mismo lugar donde crecen las espigas de trigo que suavemente peina el viento. Autor: Claudio Carlo
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